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¿Existen dioses si nadie realmente cree en ellos? Pues son los devotos creyentes quienes otorgan a los dioses y a los pequeños dioses poder y fuerza. El gran Om se dio cuenta de esto en su propia experiencia, cuando de repente se encontró en el cuerpo de... una simple tortuga. Imaginen la sorpresa del dios cuando se descubrió que la única persona que realmente cree en él en toda la gigantesca y compleja estructura de la Iglesia del Gran Señor Om, es un poco torpe novicio de Bruto, que cuida los parterres de melones y frijoles. Él tendrá que salvar a Omnia de las ambiciones del siniestro diácono Vorbis y del dominio de la Quizicia, detener la guerra con los países vecinos, y además, proteger la existencia de su señor. Suena bastante bien, para un simple novicio.