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Incluso un pasado inventado puede destruir el futuro.
Megan Will, propietaria de "La Granja de Mora" en un pequeño pueblo de la costa atlántica, cría gallinas raras y dispara hábilmente a los zorros. ¿Quién adivinaría que en su momento la mujer recorrió medio mundo, desde Londres hasta Bangkok? Porque ella... es una espía. Las dificultades con la última misión obligaron a Megan a jubilarse anticipadamente y a ocultar cuidadosamente su verdadera vida.
Un día, frente a la casa de la señora Will, encuentran un cadáver. La mujer entiende: es un mensaje de enemigos del pasado, una insinuación de que la siguiente será ella.
Los espías y los agentes secretos nunca son ex. Así que Meggi y sus viejos amigos tendrán que cerrar viejos asuntos, o despedirse de la vida.